Los placeres del Laberno
El cuerpo como confluencia de tensiones
El cuerpo es para Álvaro Peña territorio de conflicto, confluencia de tensiones y cortocircuitos emocionales: parejas y figuras solitarias se retuercen en posturas imposibles, se arquean con sus miembros nervudos y de apariencia articulada como si de muñecos se trataran; a menudo adoptan actitudes melancólicas e introspectivas. Pero esa angustia vital se ve suavizada por el tratamiento decorativo de las superficies, por los retales cromáticos que fragmentan la desnudez concediéndoles cierto aspecto cabaretero.
En la angulosidad de los cuerpos confrontada al afán ornamental se aprecia la influencia del expresionismo austríaco, sobre todo de Egon Schiele, aunque Álvaro Peña también dialoga estilísticamente con otros artistas, reinterpretando lenguajes y conceptos del pasado, desde la serena sensualidad de las figuras femeninas de Matisse hasta las estilizadas sinuosidades de Modigliani, pero también con las elegantes figuras de los frescos etruscos enmarcadas sobre fondos de grecas griegas. El esquematismo deformante y el grueso trazo son afines al lenguaje del cómic, lo que otorga frescura expresiva a sus composiciones.
´Los personajes de Álvaro Peña transmiten una maraña de sentimientos ambiguos y duales, de amarga dulzura, de hastío sublime, de erotismo descarnado y de soledad en compañía.`
Anna Adell.